El centro municipal Gloria Fuertes de San Sebastián de los Reyes organiza anualmente un concurso de escritura para la tercera edad con motivo del día de los enamorados y que tiene el objetivo de mantener activa su creatividad
Manuscritas o mecanografiadas a ordenador, pero que sean de amor. Cada 14 de febrero, los mayores de San Sebastián de los Reyes (Madrid) escriben cartas para celebrar el día de San Valentín. Se trata de un certamen que organiza el centro municipal de personas mayores Gloria Fuertes del municipio desde hace 20 años. Algunos de estos escritos “son auténticas obras de arte” para Israel Artemio, profesor del taller de escritura creativa del centro. “En un principio son reacios a participar, piensan que no saben de qué escribir, pero al final siempre se animan porque les gusta mostrar sentimientos”, señala Artemio. Se trata de una iniciativa en la que han participado más de 300 personas durante estas dos décadas y en la que lo importante es mantener activa la creatividad de los jubilados de más de 60 años.
En una caja de cartón se amontonan las 16 cartas firmadas bajo seudónimo que se han presentado a concurso esta edición. Las hay de amor en todas sus variantes. Por ejemplo, a toda una vida enamorada. “Hoy hace frío (ya lo dijo ayer el hombre del tiempo) y tú, a pesar de que tenemos calefacción, te has puesto una mantita sobre las rodillas [...]. Son tantos años, pero te he visto radiante y me he dicho, ‘amor, para mí, no pasas”.
Dalia prefiere dedicarla a un miembro muy especial de la familia. “Apareciste y permanecí extasiada, miré tus ojos, eran lo más llamativo en ti, tus grandes manos de pianista, y ese pelo rubio. Noté lo que mucha gente llama un flechazo. Hoy, después de tantos años, te cogí la vez para decirte lo mucho que te quiero. Tú me lo dices a diario y no te cansas, algo que me hace sentir la más feliz del mundo. Y si no te lo digo igual, es porque tú te adelantas. No por ello me quieres más, hijo mío”.
Marieta eligió con qué palabras despedirse. “He aprendido a vivir sin ti, me dejaste el regalo más importante, nuestros hijos. Cuando el cielo está estrellado, sé que tu estrella me mira y me guiña un ojo. Todas las personas que quieren, son queridas”. Y Luna quiso cruzar todo un océano con su carta. “Queridísimo y único nieto anhelado, miro y remiro tus fotografías, y siento todo lo que me he perdido [...]. Sé que tu vida y la de tu madre están en Argentina. Recibe un abrazo tan grande como la distancia que nos separa”.
Las cartas presentadas a concurso pueden estar escritas en prosa o en verso y estar dirigidas a cualquier destinatario. Acuarela le escribe a un tintero, su fiel amigo. “Eran tonos pastel, los que me brindaste durante mi infancia. En la adolescencia salieron mil tonos fluorescentes y llamativos, que fueron marcando la silueta de mi personalidad con los colores que aún hoy, cuido con esmero.[...] Ahora que empiezas a decorar de blanco mi cabello, querido tintero, te escribo por haberme enseñado a utilizar el corazón”.
Entre los participantes, hay mayores con un nivel bajo de cultura y otros, que han conseguido editar un libro como Juan Morales, de 74 años, ganador en tres ocasiones de este certamen. Morales dice que él escribe “una carta de amor a la carta”, porque añora la voz del cartero gritando bajo los balcones. “Ahora en el buzón solo te encuentras cartas del banco”, lamenta.
La ganadora de 2023 fue Mari Carmen González Blázquez, de 77 años. Ella se había considerado toda la vida una “fracasada escolar”, pero a los 28 años descubrió que era disléxica. “Cuando yo estudiaba, el temario no estaba adaptado como ahora”, admite. Para ella, escribir era un reto: “Me daba pánico coger un bolígrafo”. Se apuntó por error a un taller de comunicación en el centro y le gustó tanto que se alistó a otro de literatura. Allí se dio cuenta de que era muy capaz de escribir. Artemio reconoce que “hasta personas con demencia, con las premisas adecuadas, son capaces de ser creativos y redactar sus cartas”.
José Manuel García, técnico de dinamización sociocultural, indica que la misión con los mayores es que consigan expresarse. “Al final, escribir es desnudarse”, justifica. García saca una carta de la caja donde están guardadas y comienza a leerla. “Quedamos los tres a merendar, Arturito, él y yo. Me compré un vestido de licra dos tallas menos. Llamé mucho la atención y llegó la desilusión. Él estaba enamorado de Arturito y yo era la tapadera”. Ríe. “Son muy irónicos y eso es por la experiencia, saben donde pueden poner la picardía”, concluye García.
Manuel Martín-Loeches, neurocientífico en la Universidad Complutense, confirma que la jubilación afecta al correcto funcionamiento del cerebro. “Si no trabajan y además están solos, ya no necesitan solventar problemas o mínimos retos sociales de convivencia. El cerebro lo que no usa, lo pierde”. Este experto insiste en que escribir cartas es una buena actividad para estimular las capacidades cognitivas: “Tienen que sacar lo que almacenan en la cabeza y elegir la mejor forma de contarlo para que le llegue a su receptor de la manera que ellos desean”. Martín-Loeches asegura que otras situaciones como juegos grupales en los que se desarrolle la colaboración, participación o transmisión de información son útiles para potenciar la salud mental de los mayores.
El jurado calificador del concurso lo forman una persona vinculada profesionalmente al mundo de la literatura, un portavoz elegido entre los participantes de los talleres literarios y un representante de cada una de las asociaciones de personas mayores de la localidad. Además, el jurado estará presidido por la concejala de Personas Mayores de la ciudad, Mercedes Bonilla. Los premios del certamen son culturales. Pueden ser en forma de lotes de libros o de entradas para espectáculos en el auditorio Adolfo Marsillach. La ceremonia de entrega de premios se realizará de manera pública el 15 de febrero en el salón de actos del Gloria Fuertes.